Esa es una buena pregunta que siempre me he hecho... Los locos nacen así, o se vuelven de esa manera con el paso de los años? Es una enfermedad congénita? Venérea? Un hecho aislado que les tuerce las neuronas? O simplemente que se han aburrido de la vida y deciden hacerla más psicodélica?
Pero tengo otra pregunta mejor y que cada vez me estoy haciendo con más frecuencia... Porqué todos los locos tienen que coger el puto autobús? Porque es así, es raro la semana que no me suba algún zumbao, se ve que nadie les quiere acompañar, no tienen carnet de coche y todos se mueven en autobús... Porque espero que los que van en bus sean todos los locos que hay, porque si hay más, sálvese quien pueda...
Hace unas semanas hacía la línea de Pto Pollença a Inca. Cuando llego con el bus a la primera parada de Pollença me sube un tipo que llevaba viniendo toda la semana a esa hora. Tendría menos de 40 años pero llevaba tarjeta de descuento de pensionista, lo que ya de por sí hace sospechar... Le digo que son 1'05€, y él me da 1'06€ (1€ y tres monedas de dos céntimos). Yo doy por hecho que no quiere cambio. Nadie reclama un céntimo de cambio, y aparte yo no tengo por qué tener cambio en céntimos, y además es que no tengo. Pero cuando estoy a punto de guardar el dinero me doy cuenta de que el tipo aún está a mi lado sin moverse del sitio, mirándome a través de sus gafas de sol.
- El céntimoooo (con tono de sorpresa e indignación)
- ò.Ó ... Pues como no lo pinte...
- Y ahora cómo lo hacemos? (con verdadera preocupación)
- Bueno, si quieres le doy una vuelta más a la rotonda y así gastas el céntimo...
- ...........
- Pues toma los seis céntimos, me das otra cosa y te doy cambio
Pues va el fenómeno, me coge una moneda de dos céntimos y se pira para atrás...
- Oye, te he dicho que vale 1'05€, no 1'04€
Hombre, si él no quiere perder un céntimo, yo tampoco... Dudó durante varios segundos, y al final me dio los dos céntimos y se sentó... Y estoy seguro que le dolió en el alma perder ese céntimo.
Otro caso. No hace mucho estaba en la Estación Intermodal de Palma, tan tranquilo en el bus cogiendo gente antes de salir a hacer el recorrido de la línea que pasa por todas las urbanizaciones que hay después del arenal. Cuando sólo faltaban un par de minutos para salir se me sube un chaval que no tendría más de 30 años. El cual, por cierto, olía a mierda. Literalmente. Probablemente se habría hecho popitas encima.
- Hola
- Hola
- A dónde vas?
- mmm... A un pueblo
- Qué pueblo?
- mmm... Un pueblo
- Pero qué pueblo? Hay muchos pueblos
- mmm... Un pueblo muy
- Muy qué?
- Un pueblo... Muy
- Uy... Creo yo no voy allí, eh?
- Un pueblo...
- Nop, no voy allí... Eso va a ser otro bus, eh?
Zas. Coge el tío y se mete al fondo del autobús como si le fuera la vida en ello. Ya la hemos liao, justo lo que intentaba evitar usando mi infalible psicología y comprensión de mentes perturbadas. Bueno, casi infalible...
Había un compañero por ahí al que mandé a buscar a los de seguridad. Llegaron tres o cuatro corriendo en plan Hombres de Harrelson. Les digo que tranquis y les explico el caso. El que iba de líder me pregunta que si lo tienen que sacar del bus, a lo que estoy a punto de contestar que ni lo intente, que el de dentro del bus es más listo que él y no va a poder... Pues claro! Ni sabe dónde va, ni ha pagado, ni me ha dado las gracias ni náh! Ains... Entra el fiera y al poco sale con el otro bajando justo de él. Los seguratas lo llaman pero el tío se va cagando leches mientras gesticula con la mano junto a la oreja y va haciendo ruidos con la boca... Bajo mi punto de vista lo tendrían que haber cogido, porque era evidente que ese tío estaba verdaderamente mal y no podía ir sólo por el mundo, seguramente se habría perdido o algo así, pero bueno, al menos pude seguir con lo mío...
Y para demostrar que la locura no es cuestión de edades, el último caso cubre la franja que faltaba: La 3ª edad. Y a que no adivináis dónde fue? Sí, Costix... Cada vez estoy más convencido de que le ponen algo al agua...
Hace poco, por la tarde, aparco la flagoneta y aprovecho los 10 minutos que me sobran para ir al bar a comprar una botella de agua. Serían las 15:00 más o menos. Cuando voy caminando por la acera oigo que desde el otro lado de la calle me están llamando con el siempre tan elocuente "shhhh!!! shhhhh!!!". Miro y veo a la tipiquísima anciana: Pelo blanco alborotado para que parezca que hay más, gafas, el típico vestido azul a cuadritos desteñido y por las rodillas, zapatillas propias de la edad, y poco más de dos dientes en la boca... Fascinante, en seguida supe que estaba a punto de vivir un momento memorable.
- Ven, veeen
- Me da miedo...
- Veeen
- Dígame
- No nos conocemos?
- mmmm... No
- No? No sabes quién soy?
- Emmmm... No?
- No? Pues vale... No me conoces?
- mmmm... Si no me da alguna pista...
- Pues vale, no nos conocemos...
- Pues bueno...
- Me voy a pasear
- Yo también
- Tú también? jajaja
- ja... ja... ja...
- Me oyes, si ves a mi marido dile que estoy por ahí
- Quien?
- Baaaah!!!
Y se pira indignada, y yo flipando... Compro el agua y sigo trabajando con la sensación de que la historia no terminaría así... Y no me equivocaba. Unas horas después aparcado en la parada de Costix y veo que viene la yaya, y me mentalizo para lo que pueda ser. Cuando llega a mi lado me da unos golpecitos en la ventanilla. La abro pero sólo un poquito, que ya no me fío de nada...
- Me oyes, allí en Sancellas hay una mujer muy gorda
- Una no, hay muchas...
- jajaja
- ja... ja... ja...
- No, una que viene mucho a Costix
- Pues vale...
- Si la ves, dile que estoy por ahí
- Vaaaale...
- Salud!
- Y força en el canut...
austin pets alive cats
Hace 1 año